Médicos del Mundo

sábado, 3 de noviembre de 2018

Mandando señales

Muchas cosas han cambiado en este tiempo, creo que en general para bien.

Me apasiona la medicina y me siento "más médico" que antes. Una frase recurrente me viene a la mente: "Uno no es médico, se hace médico".

Es decir, sí, apruebas una serie de prácticas y exámenes en la carrera... pero médico, te HACES después.

Cuando te curtes en las guardias, cuando te implicas con el paciente, cuando empatizas... cuando regresas a casa con más conciencia de tus lagunas y decides estudiar porque conoces el peso de la responsabilidad.

Y... no sé. Quien lo ha  vivido lo sabe.

Y a quienes estén en ruta, cerca de convertirse en residentes, les diré que sí, es duro. Pero que no me arrepiento en ningún momento de haber "escogido el camino difícil" y dedicarme a ser/convertirme en médico.

Porque la satisfacción que da acompañar y, a veces, curar, no se equipara a nada.

Porque he encontrado mi sitio.

Y, si tienen vocación, encontrarán el suyo también en esta profesión que, no es sólo "trabajo" sino también una forma de ser, de estar, de vivir en el mundo. Una forma de vida.

Y, entre medias, que no olviden su Humanidad y todas esas personitas que habitan el mundo y, sin ser profesional sanitario, enriquecen el nuestro.

Entrar y salir de la burbuja, también es parte de la clave.

Y vivir.

domingo, 21 de enero de 2018

Winter is here

Y con el invierno las epidemias de gripe, catarros comunes y sus variantes que hacen aparición en las urgencias de nuestro hospital descompensando a los más frágiles, a quienes su equilibrio homeostático estrecho pone contra las cuerdas cada uno de estos virus estacionales.

Mientras, la vida sigue, los días se suceden, las páginas, los estudios leídos, las sonrisas y lágrimas, cafés compartidos y momentos de complicidad con compañeros, amigos, pacientes y familiares.

Cada vez valoro más esas "otras cosas", el hacer (aunque también estudie), el hablar, conversar, compartir.

Me enriquecen y trato de aportar mi lucecita en la oscuridad, como creo que todos tratamos.

Navegando en estas aguas turbulentas, saltando ola tras ola, sorteando la enfermedad como buenamente podemos y descubriendo que a veces... tampoco se puede.

Que sólo somos ese colchón, esos guardianes ante la puerta que, inetivablemente, todos franquearemos.

Pero mientras la vida brille,

que nos quiten lo bailao.