Médicos del Mundo

jueves, 31 de marzo de 2016

A un mes del... Enter.

Tenía miedo de que llegara "el día D" y yo sin haber estudiado más (nunca parece suficiente).
 
Ahora, más relajada, con dos meses de vacaciones a mis espaldas y una fecha para elegir mi plaza, la cabeza vuelve a trabajar a mayor velocidad.
 
Me lo puedo tomar con relativa calma (al fin y al cabo, es un mes). Pero me voy moviendo, preguntando a residentes, ordenando prioridades mentalmente, planificando mi futuro.
 
Una cosa está clara: la especialidad. Me decanto por la Medicina Familiar y Comunitaria.
 
Social, humana, completa, longitudinal (que no tan transversal como las hospitalarias) y, también, cómo no, con su dosis de ciencia aplicada con la mayor humanidad posible (el famoso enfoque biopsicosocial).
 
Ahora mi mayor duda es la isla en la que quedarme. Como isleña, me decanto por no separarme del mar, del acento cantarín y las "eses aspiradas" que pasan casi desapercibidas al final de cada palabra.
 
Por un lado, en mi isla, tengo a mi gente, tengo dos hospitales grandes, muchos centros de salud docentes, caras conocidas desde la facultad. Mi pareja, mi familia, mis amigos.
 
Por otro lado, a una hora de avión tengo la isla que más me está entrando por los ojos últimamente, La Palma. Con su observatorio de astrofísica, su población rural, su hospital y sus alquileres mucho más baratos (y amplios) que los de aquí. Con menos guardias al mes. Con otro ritmo de vida.
 
Soy de carácter tranquilo así que creo que encajaría bien allí (y los saltos en avión están ahí, para los fines de semana sin guardia). Yo sigo informándome y cavilando. Pero una parte de mí quiere expandirse y conocer cosas nuevas, y no dejo de pensar.
 
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Jorge Drexler - La Edad del Cielo