Médicos del Mundo

domingo, 30 de julio de 2017

Un largo sueño

Amargos recuerdos enredaban su alma atribulada. No quería desenredarse por dentro, le dolía cada día pero volvía a ellos, eran todo cuanto tenía, o eso creía.

Aunque le quedaba un amante. Ese licor que le quemaba la garganta, le calentaba el corazón y le hacía, por unos momentos, la vida diferente. Una parte de sí se disolvía, sin embargo, y los días pasaban uno tras otro como en un sueño extraño.

No eran pocos quienes llamaban a su puerta, desde "el otro lado" proclamando las bondades del mundo sin el velo del alcohol empañando su mirada.

Y, su mirada, se dirigía en dirección contraria.

No podía, no sabía, no quería ver.

Hasta que, en forma de amor inesperado, una mano se abrió paso entre las tinieblas de su alma, arrancándole de ese dolor, ese apego, esa enfermedad, ese alcoholismo.

Ya había olvidado cómo comenzó.

Pero recordó algo.

A sí misma.

(Chavela Vargas vivió 20 años de su vida en el alcoholismo para, con 72 años, cosechar los mayores éxitos musicales de su vida. Guerrera y valiente, luchó por su identidad en un mundo que la rechazaba)