Médicos del Mundo

miércoles, 7 de octubre de 2015

Time goes by...

... so fast!

Pero no es algo negativo, en este momento tengo la conciencia tranquila y sigo confiando en el futuro.

Se puede hacer duro en días concretos pero la rutina está bastante interiorizada, es más algo al estilo de "go with the flow". Seguir fluyendo, seguir estudiando. Con lo único que tengo que tener cuidado es con no caer en la "lectura automática" y seguir interiorizando conceptos.

Pero es normal no poder mantener la concentración al 100% todo el tiempo, somos humanos. Por eso es importante, también, priorizar. Que lo más importante sea lo que te miras con la mente más fresca, por lo menos.

Por lo demás, algo que he tenido que aprender (y de algún modo sigo aprendiendo) es a "decir no". Que sí, que divertirse es muy sano. Que  procastinar es tentador. Pero también son pequeños-grandes peligros. Saber poner al menos un límite. Horas en las que solo existen los apuntes. Días en los que no se sale de noche. Desfasar menos. Esas cosas.

Y es que cada persona tiene su talón de Aquiles y el mío, en parte, es querer "agradar" a la gente, decir que sí, sin pensar demasiado (bueno, no a todo el mundo, pero sí a mi círculo cercano). Y a base de algunos síes a destiempo estoy aprendiendo a poner esos límites que me permitirán llegar a la meta, o al menos todo lo cerca que esté en mi mano.

Es una fase rara, nos volvemos gente un poco "aburrida", en el sentido de limitarnos a una rutina. Pero son solo meses y, como decía al principio, pasan rápido.

Pero por supuesto no olvido el cariño de esas personitas especiales que son buenos radares de "locura". De cuando realmente necesitas un respiro o una sonrisa a tiempo. De cuando te estás obsesionando con ese percentil o aquello que no te dio tiempo a estudiar.

Y eso. Que tenía ganas de escribir. Y que "sigo nadando".